lunes, 8 de febrero de 2010

Acuérdenme que no

Ayer estaba sentada tomando un café con mi amiga Caro y una amiga de ella, a punto de parir. Contó que tenía 41 años y que siempre había estado segura de que se quedaría con sus dos hijos varones... hasta que se arrepintió y ¡pum!, se viene la tercera guagua.

Entonces mi mente se puso en blanco, y me proyecté en esta perfecta desconocida. A veces siento que dos niñitas es poco. A veces siento que quiero buscar el hombrecito. A veces creo que voy a terminar así, con un embarazo de cuatro décadas. A veces pierdo la cabeza.

Es que la Male está tan grande y hermosa que de a poco empiezo a olvidarme lo trabajoso que son los primeros dos años. La veo venir muerta de la risa subida a mis tacos y muero de amor. Y creo que a la mayoría le pasa igual. Llamémoslo amnesia maternal: aproximadamente a los 24 meses de haber parido voluntariamente vamos eliminando del cerebro todas las noches en velo, todas las pataletas de madrugada, todas las ojeras, todas las meadas, todas las marcas en la pared...

Y es ahí, en ese momento de debilidad, cuando la mayoría abre las piernas y reincide. Yo nica, acabo de pegar en mi velador un cartelito que dice: “Acuérdate que no quieres”, just in case.

Cuando converso con amigas mamás de muchos, siempre dicen que tener dos hijos es absolutamente manejable, y que del tercero al cuarto no hay tanta diferencia como del segundo al tercero. Lógico, si la naturaleza es sabia por algo nos ha dotado con dos manos y no tres ni cuatro. Una para cada niñito. No menos, no más.

Claro que cuando el segundo empieza a crecer una entra en estado de duda. “Y si me arrepiento y ya soy vieja”. “Y si para cuando me animo se va a llevar mil años con sus hermanos”. “Y si el momento indicado no existe”. Bueno, convengamos que esta última es cierta. El momento ideal no es ninguno, y lo son todos. Pero da lo mismo. Deberíamos ser un poco menos minas en este sentido. Menos rebuscadas. Esa paranoia moderna de acumular y acumular... ¡que no se nos traslade a la descendencia po! Dos hijos es más que suficiente. Lo repito para que me quede recontra claro.

Es bueno saber soltar etapas, crecer, evolucionar. Si nos ha pasado el cuarto de hora (por causas biológicas o voluntarias) para ser mamás de guaguas, genial. Jubilemos el olor a bosta, el arsenal fisher price y las sillas pintadas con lápiz azul. Copiemos a mi amiga Alejandra, que ubicó a los dos chicos con sus abuelitos y partió a Los Angeles a festejar sus 40 años con dos amigas, jugando pocker y tomando sol en las playas de Santa Mónica. La Ale también a veces pensaba que dos era poco... hasta que se subió al avión y agradeció a Dios y María Santísima tener a los cabros en el colegio y no colgando de su falda.

Que la amnesia maternal no le gane a la comodidad femenina. Sino ¿quién nos asegura que al buscar el tercero no vendrán dos, eh? Todos conocemos alguna amiga a la que le salió el tiro por la culata. La Loly tenía dos niñitas, buscó el hombre y ocho meses después nacieron las mellizas. ¡Me da arcadas sólo pensar en la posibilidad de tener que salir a comprar un auto con tres tiras de asientos!

Si así estamos bárbaro ¿para qué complicarnos una vez más? Yo ya me convencí. Aunque algo me dice que este texto caducará el proximo lustro... ¿podrían por favor cada 28 días acordarme que ya no quiero más? Gracias.

2 comentarios:

  1. jajajajajajaj!!! yo me tuve que aguantar las arcadas y comprar la van cuando nacieron mis gemelas y fue ESPANTOSO, me quería morir!!! Nunca quise ser la mamá con la van que lleva los cabros al colegio y se va al gimnasio, que horror!! pero como hay que educarlos, lo que hago es que al gimnasio no me acerco ni en broma!

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  2. mi hermano y yo nos llevamos por 11 años asi que dije que cuando tuviera hijos serian seguidos, dicho y hecho (9,6,4), dos niñas y un niño que es el segundo, tengo que aguantar peleas y llantos, todo comprarlos por tres, salio uno de los pañales entraba el otro..fue horrible!!!..pero "nica" tengo una guagua cuando esten los demas grandes...quiero disfrutar la vida que me va quedando y no andar mudando y criando de nuevo...

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