jueves, 3 de junio de 2010

Malula la Malena

Mi hija Malena ha cambiado mucho en los últimos meses. Está más grande, conversa todo el rato, puede jugar solita por algunos minutos. Pero algo no se ha modificado: se sigue portando como el hoyo. Y a mí, un poquitito, me sigue divirtiendo su manera de transgredir.

Es la niñita más bella y simpática del mundo. Pero detrás de esa carita pálida de ojos azules aún se esconde un espíritu rebelde, malulo, inquieto... bien parecida a su mamá.

Estoy segura de que si todavía viviésemos en Argentina, la Male pasaría absolutamente inadvertida entre las mujeres de su curso. Allí, los jardines maternales esperan que los alumnos exploren, están acostumbrados a que se peguen, se empujen, se tiren arena. O sea, estamos hablando de niños de dos años, no de inadaptados de cinco. Me acuerdo que la Sol su primer año de maternal tenía una amiga que mordía todo el rato. Entre las mamás le decíamos “Hannibal”. Obviamente con el correr de los meses Hannibal creció y se transformó en Emma, una de las íntimas amigas de la Sol.

La cuestión es que aquí mi pobre princesita está en el ojo de la tormenta. Su libreta de comunicaciones está llena de caritas tristes (es el antipremio que recibe cuando se porta mal) y lo que antes me parecía simpático empezó a hincharme las pelotas. Menos mal que le han tocado maestras amorosas, jóvenes y con harta paciencia. Sino, capaz hasta la habrían expulsado por robarle la colación a la niñita de al lado...

Tengo una amiga muy cercana que la pasa todavía peor. De guagua, su hijo le sacaba la cresta a todos. Las parvularias la volvían loca: que consultara con psicólogos, que lo medicara para la hiperactividad, que lo llevara a los deportes a descargar energía. Hoy el niño tiene 8 años y promedio 6,9. Pero la etiqueta de malulo no se la quita nadie. El otro día, en el supermercado, mi amiga se encontró con una coapoderada que le dijo: “Y, ¿cómo ha estado el Juanito?, mi Carolita dice que se porta muy bien en clase”. ¡A verrrrrrrrrrrr! ¿Quién es la hija de esa señora para juzgar al hijo de mi amiga? Algo anda muy mal. Muy mal.

¿Quién puede decir que una familia no hace todo lo que está a su alcance para que los cabros chicos salgan derechos? ¿Qué mente retorcida podría pensar, por ejemplo, que nosotros no nos enojamos con Male cuando hace líos en la casa? (Se me está ocurriendo una, una mente retorcida, pelo largo, insoportable... no, mejor me cayo). Tendrían que verla... la pobre pasa tanto tiempo pensando en su pieza que ahora cuando juega con sus muñecas, y alguna se le cae al piso, se enoja y la manda a pensar al cajón!

Insisto: son niños. Hacen cosas de niños. Algunos son más tranquilos, otros más inquietos. Algunos botan la comida al piso, otros muerden al amigo que no les quiere prestar un auto. Otros hacen las dos cosas... pero tampoco es para tanto.

Igual creo que, en un punto, es todo pura cueva. Si te toca un curso con docentes y mamás piolas, que saben que ningún niñito llega a básica mordiendo por un autito, la cosa fluye. Pero si te toca un curso de maestras dinosaurios y puras madres primerizas, de esas que se horrorizan si su guagua llega con la polera manchada porque el amiguito lo empujó en el patio, y más encima pretenden que una llame para pedir disculpas, la cosa se complica...

El otro día me dijeron que Male había rasguñado a una niñita bien chica y casi me muero. Eso es distinto. Pero, entre nosotras, si en su curso, donde hay niños que le llevan casi un año calendario, peleó por un juguete y para ganarlo usó su “temido” grito de tigre, no me preocupa.

Todos crecen. Algún día, espero que muy pronto, mi angelito será una niñita dulce, femenina y bien educada que pedirá las cosas por favor. Algún día...

7 comentarios:

  1. Qué cierto lo que dices! Al primer problema estigmatizan y te mandan a cuanto experto haya.
    Una vez leí que a una mamá le dijeron que su hija tenía un problema y que debía llevarla al sicólogo. Ella, muy campante, les dijo que no había problema, pero que además la profesora se sometiera a una evaluación de competencia. Resultado: nunca más la jodieron.

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  2. Creo que las que mas critican a los niños de otros lo hacen para no mirarse su ombligo. A mucha gente le falta asumir que, aunque crean serlo, tampoco ellas son perfectas madres, tampoco los suyos son perfectos hijos. Cada uno hace lo que puede, nada más ni nada menos, al fin y al cabo.

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  3. Soy el padre de la criaturita. Entiendo todo lo que dice la autora, pero no puedo dejar de pedir disculpas a las víctimas y a sus padres más que nada. Algún día se va a civilizar, prometo.

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  4. que buena madre eres!!!! entre en el blog porque lo vi mencionado en una revista... y.. sorpresa!!! una mala madre muy buena!!! nosotras tenemos un grupo online tambien, puede que te guste: http://groups.google.com/group/maternidadactiva?hl=es
    te felicito por tus textos! los que lei, me encantan!

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  5. Con toda la admiración que me merecen las profes de básica y las parvularias, no puedo dejar de agregar que hay algunas que están bien flojitas pa la pega, y pareciera que esta en la malla curricular de la formación profesional que se van a topar con críos perfectos, iguales, sin personalidad que aprenden a una velocidad standar desde la salacuna hasta cuarto medio, si no viene por añadidura el psicólogo o le pusieron al marca respectiva(inquieto, desordenado, lento, conflictivo,pajarón etc...)...los niños (aunque a veces no lo parezcan jijiji) son HUMANOS y como tales son seres únicos, independientes incluso de lo que nosotros como padres o madres quisiéramos, en algún momento se civilizan y comprenden que morder, pegar y patear al prójimo no es lo más adecuado, o que hablar toda la clase(como cierta hija mía) y no copiar lo que dijo la profesora les trae un problema...el tema es que NO A TODOS LE OCURRE AL MISMO TIEMPO, y no por eso debemos alarmarnos y partir corriendo al psicologo...PACIENCIA Y ANIMO A LAS QUE NO TENEMOS HIJOS PERFECTOS!

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  6. Primero que nada felicitaciones por el blog, yo tambien entré a verlo por el comentario del diario... y me encontré con una madre tan buena como su blog... yo tambien soy mamá, tengo 37 años y 2 hijos de 18 y 11 .. el mayor un nene maravillosamente bueno y educado, el segundo... bastante más inquieto... has sabido transcribir perfectamente por todas las etapas que pasamos... con respecto a esta ultima entrada... genia... a mi también me dijeron que llevara al sicopedagogo a mi hijo menor y que le diera ritalín... si claro! les dije... y obviamente no le dí nada, tambien tuve altercado con su profesora de prekinder porque era una tía que le gustaban los niños plantas... o sea.. que no se movieran, cada año baja el nivel de inquietud y tiene buenas notas en el colegio, es un niño lleno de sentimientos preciosos... y querían que le dieran ritalin... ah!! tambien han pasado a la lista negra todas las personas que dicen que no pueden creer que ambos niños sean hermanos: uno tan educado y el otro como el natre... ¿mal educado? quien lo educó? yo!! o sea se dan el lujo y la caradurez de decir que como mamá lo has hecho pésimo... y lo mas divertido que quienes te critican son las que tienen el tejado de vidrio mas grande... en fin... buenísimo el blog... saludos

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  7. Hola,
    Recién conozco tu blog así que comento con delay. Respecto a este tema (el de la malula), mira este video: http://www.youtube.com/watch?v=P_X500l2rhQ
    Estoy de acuerdo contigo en que algunas sociedades (como ésta) buscan niños-foto. Entiendo que los niños son diferentes y muchas de estas peleas son 'cosas de niños' y que les sirven: les enseñan habilidades sociales, a ganarse su lugar en su grupo. Pero no veo que todas las madres inviertan tiempo en educarlos (como por ejemplo, pensarlo en su habitación), en enseñarles el respeto por los demás. Muchas llegan tan cansadas de sus trabajos fuera de casa, que le dan a sus hijos lo que quieran con tal de que no lloren o no molesten. O están podridas de la peluquería y el supermercado y tampoco lo hacen. O tal vez la motivación es más noble, pero igualmente nociva: La culpa de pasar tan poco tiempo con ellos les quita las ganas de criticar o enseñar o de retarlos y al final los dejan hacer lo que quieren, con lo cual los chicos crecen convencidos que son el centro del universo y que se merecen TODO por el solo hecho de existir.
    El resultado de esa crianza ya se ve, por ejemplo, en lo que comentas en tu post "Felizmente casada". Lo quieren todo aquí y ahora. Las personas a su alrededor deben ceder a sus deseos... 'por qué no, si es el orden natural de las cosas?' Cuando no lo consiguen, se sienten tremendamente incomprendidos y comienzan a cuestionarse si merece la pena seguir emparejados con una persona TAN egoísta que no es capaz de ver sus necesidades y su felicidad.
    Me sumo a las felicitaciones por tu blog. Me identifico con algunas cosas, discrepo de otras, pero rescato la honestidad (y tuve que lidiar MUCHO con las mujeres de mi familia por no ser una madre de abnegación modélica).
    Saludos,
    Mónica

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