viernes, 13 de agosto de 2010

Tías solteronas… ¡reloaded!

La tía Jesica es lo máximo. No sólo porque viajó de Buenos Aires a Santiago para ver a sus sobrinas, sino porque no es la primera vez que lo hace y, sobre todo, porque tiene harta más energía que la madre de las dos niñitas… que vengo a ser yo.

Lógico, no tiene hijos que le salten encima ni le interrumpan el sueño. Ni marido que le exija aceitunas, cervezas y otras cuestiones. Ella hace con su vida lo que quiere. Cuando quiere. Y como quiere. Así, yo también sería la mejor tía del mundo.

Pobrecito mi sobrino que le toqué yo como tía… vivo en otro país, tengo la menor dosis de paciencia disponible en el mercado de las tías y más encima la poca que tengo la tengo que destinar a mis propias cabras chicas.

Convengamos que la tía solterona no es lo que era. Ya nadie siente pena por ella. Supongo que la mayoría siente envidia!! Al menos a mí me gustaría intercambiar roles más de una vez.

Tomy, mi sobrino, con cueva si sabe quién soy. En cambio Sol y Malena mueren por su tía Jesi. Sol sobre todo, que la tuvo en exclusiva para ella durante casi cuatro años. Es como una amiga grande. Una amiga que le cuenta las mejores historias, la deja cocinar sin importar qué tan sucia quede la cocina y además puede bajarle los juguetes que están en los estantes de arriba.

Me hubiese encantado tener sobrinos antes de parir mis propios “problemas”. Hubiese sido el descueve: llevarlos y traerlos del jardín, hacer pic nic en la plaza, ir al teatro en metro, comer cabritas hasta reventar… y tipin ocho de la noche dejarlos en la casa completamente excitados para que los padres se hagan cargo hasta la mañana siguiente, cuando yo volvería llena de entusiasmo a disfrutar de miles de otros panoramas que también terminarían apenas anochezca.

Pero no me pasó, y no hay mucho que pueda hacer al respecto. Para peor, si algún día mi hermana finalmente decide tener hijos, es posible que no me quede nada de la poca paciencia que aún conservo. Lo que sería bueno es que se demorara una década, entonces mis hijas serán las mejores primas mayores del mundo y cuidarán del pequeño retoño mientras yo me arranco al Caribe con mi cuñada y dejamos a los nietos ya grandes con algún pariente solidario. Hoy por ti, mañana por mí, ¿cierto?

2 comentarios:

  1. Yo quiero ser una de ellas, pero no pasa nada con los sobrinos!

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  2. me gusto la parte de el cambio de roles de las tias soleronas la pura verdad.....

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